El Altántico desemboca en el Nervión

Uno a veces vuelve a su casa después de mucho tiempo fuera y siente que no es la suya, piensa que todo ha cambiado y que no es el hogar que se abandonó... yo tengo esa sensación desde que he vuelto a Bilbao, probablemente sean mis circunstancias, que no son faborables para una readaptación. Pero sólo me basta ir a un centro de estudios geográficos, concretamente a la biblioteca de Bidebarrieta en el centro histórico de la cultura universal, el Kasko Viejo bilbaíno, para darme cuenta que Bilbao es, simplemente, la polla.


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Una ciudad en la que:

• el agua es espumosa y sospechosamente alegre;
• la ingratitud es delito ("Bilbao es un pueblo donde se puede vivir con mucha comodidad y gusto, [...] y por la cordura con que están hechas sus leyes civiles y de comercio. Entre ellas hay una contra la ingratitud, a cuyo delito señala castigo" Bowles, Guillermo. Madrid, 1782.);
• cualquiera puede hacerse de Bilbao haya nacido donde quiera que sea (asi somos los del botxo, aiba la ostia, nacemos donde nos sale de los cojones);
• nuestras calles se visten con sus propias y genuinas baldosas;
  
• de la cosa mas fea del mundo hacemos la reina de las fiestas (pero cuidao, que tiene su punto atractivo);
• en el fútbol, o eres de aquí o no vales pa jugar ("Dios hizo un equipo perfecto, al resto los llenó de extranjeros");
• ¿que pides 100 bakalaos y te traen un millón por error? No pasa nada hombre! Que la kuadrilla es de buen comer!

• ¿cómo podemos olvidar que aquí se inventó el kalimotxo (sí, nada de Algorta, de Bilbo, B-I-L-B-O?
  
• si el perro del alcalde tiene frío, que no se diga, se le hace una caseta y todos contentos. De lo que no estoy muy orgulloso es de la limpieza, que hay unos bichos que no veas lo grandes que son, de Bilbao de toda la puta vida que parecen, oye.
  
• no hablamos ni euskera ni español, ni siquiera el inglés ese que está tan de moda entre la txabalería, sino bilbaíno (cagüen sotz!), incluso con nuestro propio alfabeto;
• coño, ¿que Bilbao no llega al mar? Pues nos lo traemos pa casa, aiba dios, con dos cojones, que somos de Bilbao la ostia!
  

Qué te voy a contar, aquí tienes un mapamundi de Bilbao, para qué quieres más pues!


Artxanda no será el monte más alto del planeta, pero al menos desde su cima sí que se ve el mundo entero.